19.7.05

El silencio presente en el Karate

Introducción

Después de cada entrenamiento me convenzo más de que el karate tiene mucha relación con la música.

Más allá de la necesidad de ritmo, en karate a veces cometemos el mismo error que algunos músicos cometen en sus respectivas bandas.

Una banda de músicos debe complementarse el uno al otro así como en el karate, la armonía del espíritu, la técnica y el cuerpo.

Silencio en la música

Los músicos no muy experimentados suelen concentrarse demasiado en sus propios instrumentos y tratar de sobresalir por sobre sus compañeros de banda, subiendo el volumen de sus instrumentos o simplemente llenando de notas un espacio de tiempo determinado. De esta forma el sonido muta a ruido. El oído en vez de satisfacerse en la música es perturbado por la sensación de no armonía, no tan sola teórica, si no de intención, del por qué interpreto lo que interpreto y el como lo hago.

Músicos experimentados olvidan el primer principio de la música. “El silencio”.

El manejo del silencio da el ritmo a la música, le da la armonía. Pretende dar contrastes a toda una pieza musical. Y por supuesto, permite que las partes de la orquesta se complementen y logren formar un todo armonioso sobre una nada caótica.

El silencio en el Karate

En el karate el silencio puede interpretarse de dos formas:

Al tener la mente limpia y dedicada en el entrenamiento dentro del dojo podemos decir que tenemos una mente en silencio, libre de ruido que distorsionen nuestra técnica y nuestra disposición a entrenar. El silencio mental no es la ausencia de todo pensamiento, es la concentración plena en el entrenamiento.

Cuando queremos terminar la técnica antes que nuestros compañeros, patear más alto, golpear más duro eso nos dará como resultado una técnica “ruidosa”, movimientos que no se entienden, técnicas sin terminar, agotamiento... desgaste...

Un pensamiento humilde es un pensamiento silencioso.

El otro tipo de silencio es en la técnica misma.

El silencio al entrenar no es la ausencia de movimiento o una actitud de descanso. Si no la correcta disposición para entrenar. El hecho que sientas que no sabes o que no puedes completar cierto ejercicio o técnica no necesariamente se sobrepasa dejando de hacer el movimiento. Aún cuando te resulte dificultoso es mucho mejor intentar ejecutar una técnica que simplemente quedarse quieto sumido en el pensamiento “yo no puedo”.

El silencio en la ejecución de la técnica es el espíritu atento, o “Sanshin”. Entre técnica y otra uno sigue en entrenamiento. Quedarse de pie en una posición “cómoda” no es entrenar. El Sanshin debe evidenciarse en toda la práctica. Al terminar un técnica o en el momento de esperar una orden de nuestro sensei.

Sensei lo llama espíritu.

Cuando él nos llama en forma de aliento nos dice fuerte: “¡Vamos! ¡Espíritu¡” Sabemos que quiere decir que entiende que estamos cansados, pero nos pide marcialidad, nos pide respirar para que el cansancio decante, nos pide estar a la altura del momento para que después del sufrimiento de hoy, mañana el cuerpo haya aprendido, la técnica evolucione a la pureza y que el espíritu sea humilde, silencioso.

Publicadas por Sauce a la/s 12:03 | 0 comentarios  
7.7.05

El alma a través de mi cuerpo

El alma sincera se descubre a si misma en los ojos de su dueño.

Nuestras pequeñas acciones hablan por nosotros. Nos delatan. Le cuentan a quienes nos rodean que es lo que nos hace ser lo que somos.

Demostramos en nuestras pequeñas y menudas acciones que tipos de personas somos al enfrentarnos a situaciones trascendentales.

Mucho podemos saber de una persona con sólo estrechar su mano. El cuerpo siempre nos habla más de lo que la otra persona nos quiere decir. Esta materia es bastamente estudiada por oficiales de la ley para desenmascarar a criminales. Pero sabiendo que en el dojo no nos rodeamos de criminales, bien esta ciencia de observación nos sirven para desenmascarar a nuestros compañeros. Para saber de que está hecha su alma.

Debemos confiar en nuestros instintos, mirar con el corazón es un muy buen ejercicio. Nos dirá si nuestro sensei está capacitado para enseñarnos, o simplemente si estamos preparados para aprender.

El como mantenemos el orden en la clase, nuestros Gui limpios, nuestras cosas ordenadas, el trato al otro, toda esta información el sensei la ira recogiendo y la evaluará para saber que parte de tu entrenamiento debe reforzar más, si la técnica o la manera de vivir el DO.

Siempre a la vez que miramos hacia fuera debemos ser lo suficientemente fuertes para reconocer nuestras pequeñas acciones, ya que estas están hablando por nosotros y aunque no lo sintamos asá­, siempre hay alguien poniéndonos atención.

El alma sincera se descubre a si misma en los ojos de su dueño.

Publicadas por Sauce a la/s 01:49 | 0 comentarios  
2.7.05

La mente en el entrenamiento.

El do es cosa seria.

La mente se vuelve poderosa a través de la práctica.

Pero la verdad es que la mente ya es poderosa antes de siquiera haber conocido el buen camino del budo. Un mal enfoque puede truncar tu avance en la práctica, hacer que falles e incluso defraudarte de la práctica, de tu nakamas o simplemente hacer perder el sentido de las correciones y enseñanzas de tu sensei.

La mente es poderosa. De ella depende todo. La correcta aplicación de las técnicas del karate, de mantener vivo el DO dentro de la práctica.

Al decir, incluso en la mente:"No me gusta este ejercicio", "No sé aplicar esa patada"; "Soy malo con las piernas"; "Estoy cansado", hará que tu cuerpo te crea y no logres avanzar en tu práctica.

Es por eso que debes tener tu mente en ti dentro del dojo. Abrir tu ojos y tus oí­dos y sólo dirigirlos a las palabras y el ejemplo de tu sensei. Es el único que debe hablar en la práctica. A menos que debas dirigirte a él, tu silencio debe ser el reflejo de tu concentración. No es necesario bromear con tus compañeros, eso debilitara tu mente la cual debilitará todo tu cuerpo. Habrá momentos para bromear, después o antes de la práctica, pero si te equivocas el bromear no corregirá tu técnica o te hará una mejor persona.

Nuestra actitud debe ser marcial. Callados, no porque se nos ordena, sino porque es la única forma de escuchar. No serviles, obedientes. No ausentes... sólo concentrados en nuestro arte.

Publicadas por Sauce a la/s 00:45 | 25 comentarios  
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