10.6.08

El Gi: La ropa funeraria del guerrero



Siempre se dice que el color de nuestros gi corresponde al símbolo de la mente del budoka en la práctica: Vacía como el lienzo de un pintor, preparada para ser llenada con el conocimiento de la técnica guiada por la sabiduría de Sensei.

Leyendo e investigando me enteré que el karategi, también tiene una connotación de tenida funeraria. Hay que saber que, en oriente, Los colores negros y púrpuras causan alegría en la gente oriental y el color blanco es un color característico del luto y de los funerales.

Así, el karategi es una tenida funeraria, tenida que se usaban los samuráis por si se encontraban a la muerte, estar preparados.

Desde un punto de vista, este nuevo antecedente no es muy lejano a la analogía del lienzo del pintor. El ideal guerrero, el ideal de la mente y el espíritu del guerrero es llegar al campo de batalla sin ninguna atadura ni apego: No deja atrás propiedades física las cuales le hagan temer entrablar batalla, no deja ataduras emocionales: Como siempre ha sido recto y como para el lo dicho es igual a lo hecho, no se arrepiente de nada. Al pararse en el campo de batalla, el guerrero está solo, solo con sus demonios. A pesar de tener a su hermano a su lado, que también es guerrero, él sólo cuenta consigo mismo y con la guía de su general.

En el dojo es lo mismo: Uno está solo. Uno entrena para sí mismo, para estar preparado para la única batalla que se tiene desde que despierta el sol y el frío corta a la noche: la guerra con nosotros mismos. Al entrar al dojo dejamos nuestros zapatos en la periferia del dojo, esto se hace para dejar cualquier “suciedad” fuera de la práctica. Porque sobre el tatami, no debe haber nadie más que el guerrero y su arte: no debe haber miedo de no lograrlo, no debe haber rencor por que “Otros” llegan antes, o más alto o son más fuerte, no debe haber odio por sentirse incomprendido por los demás… porque todo te hará sufrir… y al final de esta cadena tu mente está llena, llena de miedo, rencor, odio y sufrimiento. Así, no hay lugar para la técnica ni para el karate que te está enseñando sensei.

No hay que temer, hay que intentarlo; no hay que tener rencor, hay que aprender del que lo hace mejor que tu y no hay que ser un obstáculo del que sabe menos; No hay que tener odio, fíjate bien en todo lo que ya tienes y da gracias por ello y verás que no habrá sufrimiento y tu mente estará liviana, como la mente del guerrero que se presenta a la batalla preparado a morir.
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21.3.08

Poner la otra mejilla


Siempre he sentido que Jesús y su mensaje son muy Zen. Ya que sus enseñanzas muchas veces se nos presentan como una incomprensible paradoja, sin asidero lógico, al igual que las enseñanzas del Tao y del Zen.

De ahí que sea tan difícil traducir ciertas frases en japonés al español o al inglés, puesto que estos idiomas no tienen un nivel de detalle para diferenciar dos sutilezas que los orientales pueden ver y definir pero que, a nuestros ojos, nos parece paradójico.

Una de las enseñanzas más Zen que le he encontrado en Jesús, que me ha ganado muchos malos ratos y discusiones provechosas, es el ejemplo de “poner la otra mejilla” dentro del contexto de la reformación de la “Ley de Talión”, la que decía que la ley debía practicarse “Ojo por ojo, diente por diente”.

Jesús cambió esta ley por “al que te de una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra”. Esta enseñanza se hace latente en la práctica del karate-do pues se nos enseña que el karate do es sólo para defensa… e incluso, muchos entrenamos para “No tener que pelear”. Es por eso, que a la gente nueva (y también a las personas que han tenido una mal guía dentro de las artes marciales) se les hace difícil entender el hecho de entrenar para no pelear, les parece paradójico e inútil y se les hace imposible concebir el hecho de ofrecer la otra mejilla luego de ser abofeteado.

Pero como suele ocurrir con estas parábolas o koans (en el caso del zen), su significado está muy lejos del literal, además, en el caso de Jesús, hay que seguir leyendo lo que sigue del sermón y llegar a la parte donde dice:

“Porque si aman a los que aman ¿Qué galardón tienen? ¿No hacen lo mismo los recaudadores de impuestos? Y si saludan a sus hermanos solamente ¿Qué cosa extraordinaria hacen?”


Las palabras de Jesús nos invita a ser “Mejores que los que nos ofenden” y “Tener una generosidad a toda prueba”… llevando este pensamiento al karate, uno puede pensar en que cualquiera puede lanzar un golpe de puño o una patada. Peleas ocurren entre profesionales y borrachos y nosotros no deberíamos ser iguales a ellos, puesto que sabemos más, sabemos más que ellos y es nuestro deber, para con nuestro arte marcial, no llevar nuestro arte a un nivel que no le pertenece…

Es como el capítulo del Arte de la guerra donde dice:

No se requiere mucha fuerza para levantar un cabello, no es necesario tener una vista aguda para poder ver el sol y la luna, ni se necesita mucho oído para escuchar el retumbar del trueno.


Cualquiera puede pelear e incluso ganar. No cualquiera tiene la fotaleza para evitar el conflicto, no todos tienen la humildad de aceptar que no lo sabe todo, no cualquiera tiene el coraje para hacer lo correcto. De eso se trata esta parábola.

Es algo para reflexionar, pero esto me hace recordar un dialogo de la película Karate Kid el del por qué entrenar:
Daniel: ¿Alguna vez peleó cuando era joven?
Miyagi: Mucho.
Daniel: Pero no fue como el problema que tengo, ¿cierto?
Miyagi: ¿Por qué? Pelear es pelear, es lo mismo.
Daniel: Si, pero Ud. sabía Karate
Miyagi: Siempre alguien sabe más.
Daniel: ¿Me quiere decir que hubo tiempos donde tuvo miedo de pelear?
Miyagi: Siempre miedo. Miyagi odia pelear.
Daniel: Si, pero a Ud. Le gusta el Karate
Miyagi: Y?
Daniel: y, karate es pelear. Ud. se entrena para pelear.
Miyagi: ¿Eso es lo que piensas?
Daniel: (Luego de pensarlo) No.
Miyagi: Entonces ¿Por qué entrenas?
Daniel: (piensa) Para no tener que pelear
Miyagi: Miyagi tiene esperanzas en ti.

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28.2.08

Tormentas

Las tormentas hacen que los árboles tengan raíces más fuertes
Publicadas por Sauce a la/s 22:28 | 1 comentarios  
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9.2.08

Sensei

La relación de alumno con sensei es difícil de definir, es extraña.
Bien es sabido que el dojo, su jerarquía se parece mucho a un patriarcado, pero Sensei (al menos en la experiencia occidental) no se parece mucho a un padre.

Al principio, cuando uno recién comienza, Sensei obtiene una figura más de “Anfitrión” o dueño de casa y tú eres más como un invitado, como un viajero que está de paso. Como dueño de casa, te muestra el lugar, te enseña como comportarte dentro del espacio (obviamente, este paso, un sensei no debe enseñárselo a un alumno oriental), de cómo saludar, de cómo transitar…

En este periodo, uno está como desconfiado. Lo nuevo siempre asusta, más parte de nuestro aprendizaje que debemos desprender. En esta etapa uno hace, pero aún no cree…
Luego, cuando uno ve que su cuerpo puede hacer lo que no creíamos que sería capaz, cuando uno ya ha conocido el dolor y entender que es sólo nuestra técnica floreciendo en nosotros.

En ese momento Sensei, que sigue siendo el mismo, cambia para nosotros. Sus palabras dirigidas a uno, por más sencillas que sean estas, se graban en fuego en nuestras mentes. Y si alguien te dijera lo mismo… sólo serían palabras… palabras que no pesan ni cargan con sabiduría… no serían palabras de sensei.
Publicadas por Sauce a la/s 01:58 | 1 comentarios  
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2.2.08

El Karate no es algo lógico


Hay un nakama que pregunta el por qué de cada técnica. Si bien, es bueno interesarse del por qué de las cosas, cuando uno lleva muy poco tiempo practicando, la teoría puede ser más un obstáculo que una ayuda.

Sensei enseña el karate a nosotros, Nakamas, como un maestro les enseña Zen a sus discípulos: con acertijos que, de primera, nos parecen absurdos e ilógicos. Así, como los koans, las técnicas no deben ser cuestionadas con la mente y con las reglas de la lógica. Debes entender que nada parecerá cómodo porque tu cuerpo nunca había hecho karate antes que hoy.

Hay que olvidarse de todo, de aprender a soltar lo que se ha aprendido hasta ahora y dejar espacio para el nuevo conocimiento que el karate te entregará.

Al principio, ningún movimiento, ningún kata tiene sentido ni lógica. No dejes que este aspecto te desanime. Aunque no lo creas, tu cuerpo, el mismo cuerpo que tratas de entrenar será el que terminará por enseñarte los secretos del karate que practicas.

Ten confianza en que Sensei no está enseñándote ninguna tontería, olvídate de ti. Como sale en la película “El último samurái”: el protagonista fallaba en su entrenamiento porque estaba muy consiente de su entorno. Tenía la mente en lo que podría decir la gente, o su oponente y en su técnica… y la forma para tener éxito era olvidarse de su mente, de su raciocinio, de su lógica. Llegar a un estado de “No mente”

Imita a tu Sensei. Imita sus movimientos, obsérvalos bien. Mira a tus Sempais, observa a tus compañeros más avanzados. Y un día responderás todas preguntas, sin siquiera haberlas preguntado.
Publicadas por Sauce a la/s 03:17 | 1 comentarios  
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17.1.08

Un poco de zen


Por lo poco que conozco de la cultura japonesa, se puede decir que el Zen se puede encontrar en muchos aspectos de la cultura nipona: desde el escribir hasta las artes marciales, todas logran ser manifestaciones del Zen. Junto con esto, Shihan Demura ha definido al estilo Shito-Ryu de Genbu-Kai como “Zen en movimiento” podemos intuir que esta práctica tiene un lugar muy importante en nuestro entrenamiento.

Zen: de India a Japón


El Zen, como mucha otras cosas, llegó a Japón por China, pero es una tradición de la India derivada de un determinado tipo de Budismo llamado Mahāyāna, (Gran vehículo) que aborda las enseñanzas de Buda más como un método por sobre una doctrina.

El zen llegó a China gracias al monje conocido en Japón como Daruma (Bodhidharma) donde la práctica se dividió en dos grandes escuelas: línjì y cáodòng. Como la cultura nipona se ha desarrollado con una gran influencia China, los monjes viajaban constantemente a China por instrucción lo cual hizo prevalecer las mismas escuelas de budismo zen, de China, en Japón conocidas como Sōtō y Rinzai.

Zazen


Aún así que haya dos escuelas, el elemento principal de la práctica del Zen se basa en el Zazen.

Éste es un estado de contemplación sin prejuicio de la mente del practicante. Su propósito se basa en que “tal como cuando dejamos de remover el agua de un estanque podemos al fin ver el fondo”. Es decir, una “atención constante, pero tranquila” donde el practicante se libera de prejuicios y deja que su mente piense lo que desee.

No hay pensamientos correctos, erróneos o inapropiados, como tampoco existen los correctos. Sólo existe la mente. Así, junto a esta Ausencia de intención (mushotoku) se une por si misma la existencia de la iluminación, por el sólo hecho de sentarse ya se está en plena armonía. Así, shikantaza, o el acto de sentarse a hacer Zazen es una práctica que enseñanza por si misma o práctica de la no-práctica.

La escuela Sōtō hace más hincapié en la posición física del Zazen que se parece a las figuras de buda sentado: Con los ojos semicerrados, piernas cruzadas, teniendo la espalda derecha ayudado de un cojín (zafu) y manteniendo una respiración tranquila. Otras aproximaciones sólo mencionan el flujo natural de la respiración y una posición cómoda.

Koans


Por otro lado, la escuela Rinzai Zen (con una mayor relación con las artes marciales, por ser practicado por la aristocracia guerrera y los samuráis, a diferencia de la escuela Sōtō que se le relaciona más con los artistas o poetas) tenían una vida monástica, iterante y basaban su enseñanza y contemplación de los Koans.

Los Koans eran pequeños acertijos o afirmaciones que, a primera vista, son de naturaleza absurda e ilógica, los cuales eran entregados por los maestros a sus alumnos. Estos debían contemplarlos no de forma racional o conceptual, sino, aplicando el concepto de sabiduría intuitiva: eliminando los prejuicios hasta encontrarle una respuesta, ya que todos los Koans tienen respuesta, pero que están supeditadas a las circunstancias.

Ejemplo de Koan sería:

Se ha hecho crecer una oca en una botella y ahora ya es grande. ¿Cómo podemos sacarla de la botella sin romper la botella y sin hacer daño a la oca?

Una respuesta posible es que la Oca ya está fuera de la botella. Nadie dijo que la botella tenía una boca muy estrecha y, además, ¿por qué pondríamos una Oca en una botella con cuello estrecho?

Esta metodología de enseñanza se ha identificado también en las palabras de Jesús (quien creo fue muy Zen) y su Koan:
"Les aseguro que al que tiene, se le dará;
pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene".
(Lucas 19.26, Mateo 25.29)

El Zen y el Karate (una reflexión personal)



El zen está presente en toda actividad que busque sentido más allá del movimiento y uso del cuerpo como arma y está íntimamente relacionado con la actitud que se tenga en la práctica. En el karate y su forma existen muchas contradicciones que, vistas con la lógica racional de la mente occidental, pueden llevarnos al frustración y hacernos abandonar la práctica. Sobre todo en la manera que Genbu-Kai tiene de ver el karate: como una práctica formadora de personas más que máquinas de combates.

Llevo casi tres años perteneciendo a mi hogar marcial, en los cuales he visto muchos aspirantes a budokas no durar dos clases por no intuir (no digo entender, porque al principio, en karate, nada se comprende, no hay necesidad de hacerlo, no es la idea que lo comprendas todo de inmediato) que la violencia, el ego, la competencia, la ansiedad se dejan junto a las sandalias y que el dojo no se ensucia con esos sentimientos. Así, el zen de las artes marciales es mantener la mente quieta como estanque de agua para poder ver el fondo de uno mismo y que la verdadera batalla no es con un ejército invasor o un delincuente que nos acecha si no con uno mismo para, así, llegar al dojo y ni siquiera tener que dejar nuestro egoísmo, violencia e iras junto a las sandalias antes de entrar al dojo y poder darse cuenta que uno ya no anda cargando esos sentimientos.

Ahora que sé más sobre los Koans, puedo darme cuenta que en los katas y en la misma práctica están presentes… la tarea ahora es darles respuesta.

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Publicadas por Sauce a la/s 03:21 | 0 comentarios  
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1.1.08

Dejar salir


Luminosos seres somos, no esta cruda materia

Sé que está ahí, mi técnica, dentro. Debo dejarla salir, como quien le quita la corteza a un viejo pedazo de árbol para así porder labrar la madera que guarda en su interior. Debo labrar mi cuerpo para que olvide lo que ha aprendido y así permitir qu la técnica que tengo dentro, fluya como quiere hacerlo.
Publicadas por Sauce a la/s 23:38 | 1 comentarios  
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